Los bosques desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima por lo que su conservación y manejo sostenible son cruciales para mitigar el cambio climático.
En el Fideicomiso Pro Bosque de Chapultepec procuramos el cuidado de los más de 170 mil árboles que, entre otras cosas, mantienen a la CDMX más fresca. Si quieres apoyarnos en esta causa, puedes hacer un donativo en este enlace.
Te contamos seis razones por las cuales los bosques y los árboles ayudan a mitigar el calor.
Los bosques actúan como sumideros naturales de carbono, a través del proceso de fotosíntesis, absorben el CO2 de la atmósfera. Los árboles almacenan el carbono en su biomasa y suelos, evitando que el CO2 contribuya al efecto invernadero. La deforestación y la degradación forestal liberan grandes cantidades de carbono, agravando el cambio climático.
Mediante la fotosíntesis, los árboles también generan oxígeno, esencial para la vida en la Tierra. Al preservar los bosques, aseguramos la disponibilidad de oxígeno y reducimos el riesgo de asfixia ambiental.
Los bosques desempeñan un papel crucial en el ciclo hidrológico al regular la disponibilidad de agua en el entorno. Los árboles absorben agua del suelo a través de sus raíces y la liberan a través de la transpiración foliar. Esta transpiración contribuye a la formación de nubes y a la precipitación, manteniendo un equilibrio en los patrones climáticos regionales.
La cobertura forestal proporciona sombra y evapotranspiración, lo que ayuda a regular la temperatura local y regional. Los bosques pueden reducir la intensidad del calor durante los días calurosos y mitigar el enfriamiento durante las noches frías. Esta capacidad de los bosques para moderar la temperatura es especialmente relevante en áreas urbanas, donde el efecto de isla de calor puede ser contrarrestado por la presencia de áreas verdes.
Los bosques pueden influir en el albedo, que es la cantidad de radiación solar reflejada por la superficie de la Tierra. Los bosques, con su cubierta vegetal densa, tienden a tener un albedo más bajo que las áreas deforestadas o cubiertas de cultivos. Al absorber menos radiación solar, los bosques reducen el calentamiento del planeta.
Los bosques ayudan a prevenir la erosión del suelo y a retener la humedad. Esto es importante porque el suelo contiene grandes cantidades de carbono orgánico. Al mantener el suelo intacto, los bosques evitan la liberación de carbono almacenado en el suelo, lo que de otro modo contribuiría al calentamiento global.
