Los insectos, tantas veces ignorados o temidos son fundamentales para la salud de nuestros ecosistemas y para la supervivencia de la vida en la Tierra. Te contamos cuáles son estas funciones vitales, para que la próxima vez que te topes con uno no lo mates y para que entre todos podamos conservar sus hábitats, como el Bosque de Chapultepec.
Las abejas, mariposas y escarabajos desempeñan un papel vital en la polinización de plantas. Al visitar flores en busca de néctar y polen lo transportan de una flor a otra, lo que permite la fertilización y la producción de semillas y frutas. Se estima que aproximadamente el 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen de la polinización de los insectos. Sin ellos tendríamos consecuencias graves en la seguridad alimentaria global.
Muchas especies de insectos depredadores se alimentan de plagas agrícolas, como pulgones, escarabajos y orugas. Al mantener el equilibrio natural entre las poblaciones de insectos se evitan brotes masivos de plagas y se reduce la necesidad de pesticidas químicos.
Los insectos desempeñan un papel crucial en el ciclo de descomposición de la materia orgánica. Los escarabajos, gusanos y larvas, por ejemplo, se alimentan de materia en descomposición, como hojas muertas y animales muertos. Al hacerlo, aceleran la descomposición y liberan nutrientes valiosos en el suelo, lo que permite el crecimiento de nuevas plantas. Sin la labor de los insectos descomponedores, la acumulación de desechos orgánicos afectaría negativamente la salud de los ecosistemas.
Los insectos forman la base de muchas cadenas alimentarias. Son una fuente de alimento crucial para aves, reptiles, anfibios y mamíferos, que dependen de ellos para su supervivencia. La desaparición de los insectos tendría un impacto devastador en toda la red alimentaria, ya que afectaría a las especies que se alimentan directa o indirectamente de ellos.
