Bajo la curaduría de Hilde de Bruijn, la exposición se compone de 126 obras provenientes de la colección del Cobra Museum of Modern Art, el Museo Rufino Tamayo, el MAM y varios coleccionistas privados. En ella se podrán apreciar pinturas, esculturas, fotografías, documentos, revistas y videos documentando aquel movimiento de posguerra y su influencia para el arte contemporáneo.
CoBrA: Serpiente de mil cabezas se centra en la obra realizada por los artistas pertenecientes a esta vanguardia artística, que en 1948 y a partir del manifiesto leído en el Café del Hotel Notre Dame, en París, fundaron la Internacional de Artistas Experimentales (l’Internationale des Artistes Expérimentaux). El grupo se dió a conocer por el nombre de su revista CoBrA, en el que retoman los lugares de origen de sus fundadores Asger Jorn, Christian Dotremont, Corneille, Joseph Noiret, Karel Appel y Constant: Copenhague, Bruselas, Amsterdam.
Conformado por artistas plásticos y poetas, CoBrA buscaba alejarse de los horrores ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial, privilegiando la explosión de color, la impulsivilidad, lo gestual y lo irracional al considerar que la sensibilidad visual posee sus propias leyes. Para grupo CoBrA, el genio-creador no tiene cabida y apuesta por el desarrollo de un arte no especializado y no individualista. Es a través de este sentido de libertad, que llevan a cabo un llamado a la revolución desde el arte al contraponerse a las reglas académicas y a los mandatos conservadores de la burguesía.
Las dos Fridas, obra fundamental del arte moderno nacional, destaca por ser una pintura de gran formato. Es un recuento poético de la ruptura de Frida Kahlo con Diego Rivera en 1939, y al mismo tiempo, la expresión de su madurez creativa. Al viajar a Nueva York y París, Frida entró en contacto con artistas internacionales, particularmente con el francés Marcel Duchamp, quien transgredió la noción de obra de arte de su época al descontextualizar objetos cotidianos, retirándolos de sus lugares habituales y situándolos en espacios museísticos como una presencia que puede contemplarse estéticamente, acción por la que se considera a Duchamp el principal precursor del arte conceptual.
Los documentos y fotografías que aquí presentamos nos guían por el tránsito de Frida Kahlo en la capital francesa, con énfasis en las facilidades que Duchamp le brindó para que su obra se expusiera en París. A partir de su viaje a Europa, revisitamos las fases creativas que dieron origen a Las dos Fridas: doble autorretrato que desdobla a la Frida apreciada por Diego y la abandonada por él.
Damos cierre a este recuento con el viaje de Marcel Duchamp a la Ciudad de México en 1957 y su encuentro con uno de los alumnos de Frida Kahlo. Así, dos ciudades fueron testigos del afecto y el reconocimiento entre ambos artistas.
A través de instalaciones escultóricas, Michael Dean (Reino Unido, 1977) se aproxima a temas relacionados con el uso del lenguaje, en específico con la escritura. De esta forma, sus instalaciones pueden ser entendidas como una escritura que sucede en el espacio, en donde las piezas, junto con la arquitectura donde éstas se ubican y los espectadores que las observan, son elementos en interacción que forman parte de un mismo sistema de signos.
Los trabajos de Michael Dean refieren constantemente al cuerpo humano, ya sea a través de la escala o la forma de sus piezas, o por medio de la representación de partes, tales como cavidades oculares, lenguas y puños. Asimismo, para en sus esculturas, Dean hace uso de materiales como el concreto, el acero y, la madera conglomerada, y otros objetos que remiten al ámbito urbano, en específico a espacios en construcción.
Para Tu texto aquí Michael Dean presenta cinco esculturas de concreto y acero ubicadas en el patio central del museo, retomando, una vez más, el tema de la escritura.
Las esculturas que conforman la instalación, realizadas para la exposición en el Museo Tamayo, remiten también a la figura humana, en este caso sugerida a través de una acumulación de puños que se intercalan con lenguas a gran escala. El cuerpo siempre se encuentra implicado en la comunicación, incluso ampliando las posibilidades y los límites de la facultad del lenguaje más allá de la oralidad y la escritura. Como afirma el propio artista, un puño alzado puede demostrar que estamos a favor o en contra de algo sin usar palabras.
La Bienal de Pintura Rufino Tamayo es un certamen con el que el pintor oaxaqueño propició una reflexión permanente sobre el estado actual del ejercicio pictórico a nivel nacional y la creación de una colección de pintura contemporánea para el estado de Oaxaca. La Bienal es convocada por la Secretaría de Cultura a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Fundación Olga y Rufino Tamayo y la Secretaría de las Culturas del Estado de Oaxaca.
La exposición de las obras seleccionadas en esta XVIII edición llegan al Museo Tamayo, su última sede, después de haberse presentado en diversas instituciones a lo largo de un año de gira. Tras su exposición al público capitalino, la muestra será dispersada y las 3 obras ganadoras se entregarán a la Secretaría de las Culturas del Estado de Oaxaca para iniciar otro ciclo con el lanzamiento de la Convocatoria para la edición número XIX.
Para la presente edición, las obras de los artistas premiados son: Silvia Mayoral Molina con la obra titulada Rosalinda (2018), Cisco Jiménez con su obra Doble arqueología (2018) y Luis Hampshire autor de Metate, ola chic (2018). Adicional a los ganadores, el mérito de cuatro artistas se reconoció con menciones honorificas otorgadas a Catalina Gris, Ángela Leyva, Cristo Contel y Allan Villavicencio.
Con curaduría de Mauricio Maillè, La invención de la memoria. Fotografía y arqueología en México muestra una extraordinaria selección de 225 documentos e imágenes que pertenecen a los acervos del Museo Nacional de Antropología, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, la Fototeca Nacional del inah y la colección Ricardo B. Salinas Pliego tomadas por notables fotógrafos mexicanos y extranjeros de los siglos XIX y XX que se acercaron al patrimonio arqueológico de México: Désiré Charnay, Teoberto Maler, Edward Weston, Juan Rulfo, Héctor García, Nacho López, Alfred Briquet, José María Lupercio, Marilú Pease, Manuel Álvarez Bravo, Yukio Futagawa y Armando Salas Portugal, entre otros.
La muestra se divide en cinco temas que ofrecen información de la historia de la arqueología en México y el registro de nuestro patrimonio cultural. El primer módulo, titulado “Maleza en ruinas”, muestra la importante evolución de la ciencia arqueológica en el siglo XIX; en este proceso fue fundamental una herramienta de reciente invención: la fotografía.
El segundo tema, “Develando el pasado”, alude al trabajo de campo en materia de excavación arqueológica. Las obras presentadas muestran las excavaciones de las colosales cabezas olmecas, las labores de restauración y reconstrucción de monumentos realizadas por enormes cuadrillas de peones, así como el hallazgo de los objetos que después fueron expuestos en museos.
En el módulo “Musa precolombina” se observa cómo los lugares arqueológicos se convirtieron en modelos perfectos para poner en práctica distintas nociones de composición, lo que permitió el desarrollo de un estilo propio.
Las imágenes de la sección “Cuestión de escala” permiten apreciar la manera en que los fotógrafos hicieron partícipes a los miembros de las comunidades buscando una noción de escala, necesaria para el estudio y el análisis de los edificios.
Por último, la colección de imágenes del módulo “Del objeto sagrado a la obra de arte” da testimonio de cómo los objetos comenzaron a ocupar un espacio en la institución museística y del modo en que el Museo Nacional de México, creado en 1825, se convirtió en un espacio de celebración nacional.
La exposición La invención de la memoria. Fotografía y arqueología en México estará abierta al público del 21 de noviembre de 2019 hasta el 8 de marzo de 2020 en la sala A1 del Museo Nacional de Antropología. Se accede a ella con el boleto de admisión al museo; los domingos la entrada es gratuita.
