Hay personas que son nómadas y viajan por los lugares más recónditos en busca de los seres más fascinantes del planeta. Afortunadamente, muchos de ellos llevan una cámara consigo y hacen un registro de las maravillas naturales que, posiblemente, muchos nunca veremos en persona.
Un caso así es el de la fotógrafa Beth Moon. Ella ha viajado durante veinte años a lugares donde habitan algunos de los árboles más antiguos del planeta (entre enebros, baobabs, o secuoyas, algunos con hasta miles de años de vida) y un cielo despejado, libre de contaminación visual.
El resultado son imágenes inolvidables, que son registro del pasar del tiempo y de lo perfecta que es la naturaleza. Aquí las compartimos: