El pasado 20 de junio se celebró el «Yellow Day» o el día más feliz del año. Por este motivo te contamos que el contacto con la naturaleza es una forma infalible de tener más momentos felices. Esta nota está enfocada en los beneficios que tiene esta conexión en en desarrollo de los niños y niñas, pues al fomentarles estas experiencias, les inculcamos el amor por su entorno. El Bosque de Chapultepec ofrece muchas actividades para ellos, parques infantiles, visitas a museos, y el solo hecho de hacer un picnic o jugar entre los árboles contribuye a su felicidad.
Empecemos por el contexto actual y la realidad innegable: los niños están cada vez más inmersos en entornos digitales y urbanos, lo que ha llevado a una desconexión con la naturaleza. Por eso es tan importante sacarlos de sus dispositivos y llevarlos al bosque. Estos son 5 beneficios de que tengan una conexión más profunda y directa con un entorno natural:
La naturaleza proporciona un entorno rico en estímulos sensoriales, como los sonidos de los pájaros y la textura de los árboles, la tierra o la hierba bajo los pies. Estos estímulos ayudan a desarrollar los sentidos de los niños, promoviendo su capacidad de observación, la atención y la concentración.
El tiempo pasado al aire libre fomenta la actividad física y la motricidad en los niños. Correr, saltar, trepar árboles o jugar en la naturaleza estimula el desarrollo muscular, fortalece el sistema cardiovascular y promueve la coordinación motora. Además, la exposición al sol contribuye a la producción de vitamina D, esencial para la salud ósea.
La naturaleza ofrece un ambiente tranquilo y relajante, alejado del estrés cotidiano. Estar rodeado de áreas verdes, como parques o bosques, ha demostrado disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejorar el estado de ánimo en los niños. Esto ayuda a reducir la ansiedad y promover una mayor estabilidad emocional.
La naturaleza estimula la curiosidad y la exploración en los niños, fomentando así su desarrollo cognitivo. La observación de plantas, animales y diferentes elementos naturales promueve el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Además, jugar al aire libre estimula la imaginación y la creatividad de los niños, quienes pueden crear historias y juegos basados en su entorno natural.
La exposición temprana a la naturaleza promueve la conciencia y el cuidado del medio ambiente en los niños. A través de la experiencia directa, los niños desarrollan un sentido de conexión y respeto hacia la naturaleza, lo que puede sentar las bases para un comportamiento responsable en el futuro.
