Hoy que celebramos a las mamás humanas, te contamos que algunas especies de mamíferos también son madres extraordinarias. Empecemos pues con esta lista que armó la organización World Wild Life.
Cuando una hembra orangután se convierte en madre establece con su cría uno de los vínculos más estrechos de la naturaleza, tanto así, que los cachorros se quedan a su cuidado intenso hasta 7 años, lo cual es muchísimo tiempo comparado, por ejemplo, con el vínculo y el tiempo que permanece un gatito con su mamá. Los jóvenes orangutanes dependen, gran parte de su infancia y adolescencia, de sus mamás para ser alimentados y transportados. Ellas les enseñan qué es lo que tienen que comer y cómo, además, los educan para encontrar y construir refugios para dormir. Estudios han demostrado que un orangután visita a su madre hasta que cumple 16 años.
Si hay una madre protectora en el reino animal es la osa polar, es de esperarse por las condiciones adversas de su hábitat. Por lo general tienen dos crías casi iguales que se quedan con ella hasta la edad de dos años. La principal preocupación de esta madre es mantener a sus cachorros protegidos del frío, para esto hace refugios cavando en la nieve. Los partos ocurren casi siempre durante el mes de noviembre y enero y salen de la guarida hasta marzo o abril para aprender a cazar. Todo ese tiempo la osa los alimenta y los mantiene calientitos.
Aunque los pingüinos son de los pocos animales que trabajan en pareja, las mamás pingüinas se llevan la parte más retadora. Después de poner su huevo su marido se encarga de protegerlo ya que los huevos tienen una cáscara frágil y necesitan mucho cuidado. Mientras esto pasa la madre viaja hasta 50 millas para pescar y llevarle alimento al recién nacido. Después de aventarse semejante hazaña, la mamá se encarga de mantener caliente y seguro al pequeño bebé.
Es bien sabido que los elefantes viven en un matriarcado. Cuando una elefanta va a dar a luz, las otras hembras ayudan al recién nacido a ponerse de pie mientras que a la madre primeriza le enseñan las artes de amamantar. Pero no solo las hembras son consideradas con el nuevo miembro del clan, los elefantes más viejos bajan el ritmo al caminar para que el pequeño pueda seguirles el paso. Las mamás elefantas son además muy cariñosas, establecen fuertes vínculos con sus crías y les enseñan qué plantas comer y dónde conseguirlas.
