Según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2019 cierra una década alarmante en cuestiones climáticas y ecológicas. El calor global fue excepcional, así como también lo fue la pérdida de hielo y el aumento del nivel del mar, fenómenos ocasionados por los gases de efecto invernadero que expulsan las actividades humanas.
Es por eso que la educación ambiental, lejos de ser una moda, es un asunto en el que todos, en la medida de nuestras posibilidades, tenemos que tomar acción.
Y como la necesidad de una toma de conciencia individual y colectiva es imperativa y por ello cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, decretado en Yugoslavia en 1975, durante el Seminario Internacional de Educación Ambiental en el que participaron expertos de más de 70 naciones. Estas acciones fueron antecedidas por la Declaración de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano, realizada en Suecia en 1972 por la Organización de las Naciones Unidas y considerada como un documento fundacional de la educación ambiental.
Nuestra ciudad no está ajena a los problemas ambientales, de hecho, en los últimos años ha vivido una crisis que podemos notar por la escasez de agua, las inundaciones y la mala calidad de aire. Estos problemas no llegaron solos, son resultado de los malos hábitos y la falta de conciencia de quienes habitamos la ciudad. Aún tiramos basura en las calles, causa principal de las inundaciones, hay personas que abusan del agua, otros jamás consideran en separar los residuos en donde tienen que ir y otros más usan el coche para recorrer trayectos que podrían caminarse.
La pregunta es sencilla: ¿Qué pasaría si los 9 millones de ciudadanos tomáramos nuestra parte de responsabilidad en el cuidado y manejo de nuestros recursos naturales? La educación ambiental está encaminada a formar ciudadanos capaces de proponer y ejecutar estrategias sustentables que reduzcan los efectos nocivos de nuestra actividad diaria hacia el medio ambiente, como las emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de los autos, el uso irresponsable del agua y nuestra producción masiva de residuos sólidos.
La Secretaría del Medio Ambiente, a través de la Dirección Ejecutiva de Cultura Ambiental, cuenta con una serie de estrategias y campañas que contribuyen al fortalecimiento de la educación ambiental de los ciudadanos.
