Vive en la Sierra Madre Oriental, en los bosques húmedos, principalmente en los estados de Puebla y Veracruz. Su subgénero es el Abronia  y su nombre científico es el Abronia Graminea, también conocido como dragoncito azul.

Y aunque la mayor parte de los ejemplares que se han avistado son verdes, existe también en color azul turquesa y por ello se les conoce como el dragoncito azul. Esto le convierte en toda una preciosidad de la naturaleza, una rareza además. 

Sobre su extraordinario color, Natalia Fierro, bióloga del laboratorio de Herpetología del Instituto de Biología de la UNAM, expone:

“Es una alimentación muy específica que les proporciona esta coloración. Aún no se sabe a qué se debe, pero cuando son llevados a cautiverio pierden la tonalidad azul y se vuelven opacos”.

Esta especie, desafortunadamente, fue añadida a la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza desde el 2007. Ahora, los dragoncitos azules son tan hermosos que son muy cotizados, y esto mismo, hace que se llegue a pagar hasta 7 mil pesos por ellos en el comercio ilegal, según cuenta Fierro. 

Además, otros factores que los ponen en peligro es que por su color azul y su lengua negra se les considera venenosos y muchas personas les matan. Hoy afortunadamente hay más información con el fin de preservar su cuidado.