¿Habías oído hablar de la guerrilla gardening? Se trata de diseminar semillas y hacer crecer vegetales en lugares públicos abandonados. También se le conoce como agricultura de guerrilla. Así, se inundan esquinas, parterres, macetas y otras porciones de tierra para sembrar y cultivar todo tipo de vegetales.
El objetivo es crecer plantas polinizadoras, por ejemplo, o bien alimentos para que cualquiera pueda aprovecharlos. Para el botánico y jardinero Gilles Clément, diseminar semillas y hacer crecer vegetales también recibe el nombre de ‘tercer paisaje’.
Con este movimiento se “hacer crecer la vida en la ciudad, haciéndola más verde, más colorida y más llena de clorofila, devolviendo a la naturaleza lo que quitamos mediante actividades como, precisamente, el cultivo de nuestros alimentos”, dice al respecto un artículo en el sitio Vanguardia.
En el mundo, el 1 de mayo es el día oficial de la agricultura de guerrilla y como símbolo son plantados girasoles en espacios abandonados. “No tengo experiencia en agricultura, así que cuando veo un espacio donde podría sembrar o plantar algo, escojo aquellos vegetales que son fáciles de mantener, que no necesitan mucha agua ni mantenimiento, y que pueden adaptarse al clima local. Compro la tierra necesaria y pido colaboración a los establecimientos que están cerca para que cuiden esas plantas, y a veces están de acuerdo y otras no. Tristemente, también hay quien ha robado algunas plantas y algunos jardineros municipales han arrancado aquello que yo había plantado”, contó a La Vanguardia Jerónimo, integrante de la guerrilla gardener de Palma.
Las primeras que usaron el término guerrilla gardening fueron Liz Christy y su grupo Green Guerrilla, ellas transformaron un descampado mediante ocupación verde en 1973 en el barrio de Bowery Houston de Nueva York. Hasta hoy, este espacio verde sigue siendo cuidado por voluntarios.
Por su parte, personajes como Ellen Milles activista de la agricultura de guerrilla está publicando tips en Tik Tok para hacer hacer bombas de semillas con un poco de arcilla, arena, compost y semillas autóctonas. La idea es arrojar ‘bombas’ por la calle hacia los espacios urbanos abandonados.
¡Increíble, ¿no?!
