Septiembre en Chapultepec: un mes lleno de historia

Septiembre es, por excelencia, un mes de historia y conmemoración en México. Entre los árboles centenarios y senderos del Bosque de Chapultepec se guardan episodios que marcaron para siempre la identidad de nuestro país. Nuestro Bosque ha sido escenario de batallas, símbolo de sacrificio y testigo de la construcción de nuestra memoria nacional.

El 8 de septiembre de 1847 sucedió una batalla conocida como Molino del Rey, fue parte de la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848). El objetivo del enemigo era tomar una supuesta fundición de cañones ubicada ahí en Molino del Rey. El ejército mexicano, comandado por Antonio León y Nicolás Bravo, defendió el sitio, pero las tropas de Winfield Scott atacaron con superioridad numérica y armamento más moderno. En esta batalla murieron más de 3,000 soldados mexicanos, aunque resistieron con valentía, las fuerzas mexicanas se vieron obligadas a retirarse. La derrota dejó desprotegido el Castillo de Chapultepec y fue la antesala de la batalla de Chapultepec que sucedió el 13 de septiembre. 

Chapultepec se convirtió ese día en protagonista de uno de los pasajes más emblemáticos de la historia: la defensa del Castillo durante la invasión estadounidense. Jóvenes cadetes del Colegio Militar, conocidos como los Niños Héroes, resistieron con valentía frente a un ejército mucho más numeroso. Su sacrificio se transformó en un símbolo de amor a la patria, recordándonos hasta hoy que la fortaleza no siempre se mide en armas, sino en convicciones.

Casi un siglo después, el 27 de septiembre de 1944, el Castillo de Chapultepec volvió a escribir historia, esta vez como cuna de la memoria cultural. Ese día fue inaugurado como Museo Nacional de Historia, abriendo sus puertas para resguardar documentos, murales y objetos que relatan los grandes momentos de nuestra nación. Desde entonces, millones de visitantes han recorrido sus salas, reconociendo en cada pieza una parte de la historia compartida.

Y justamente en otro septiembre, en 1952, se levantó un monumento que se convirtió en emblema de Chapultepec y de la Ciudad de México: el Altar a la Patria, también conocido como el Monumento a los Niños Héroes. Sus seis columnas de mármol blanco evocan la memoria de aquellos cadetes que defendieron el bosque y el castillo, y cada año miles de personas se reúnen para rendirles homenaje.

Además en septiembre también se inauguraron varios espacios, el 4 de 1951 el Cárcamo de Dolores, el 13 de 1881 el Obelisco de los Niños Héroes, el 15 de 1956 La Fuente Nezahualcóyotl y en 1959 La Casa del Lago, el 16 de 1962 sucedió la colocación del Tótem Canadiense, el 17 de 1921 fue la Inauguración de la Puerta de los Leones y de 1964 la Inauguración del Museo de Antropología. El  20 de 1964 fue la inauguración del Museo de Arte Moderno y el 24 de 1986 la inauguración del Jardín de Adultos Mayores. 

Así, septiembre transforma al Bosque de Chapultepec en un escenario vivo de memoria y reflexión. Aquí, entre monumentos, museos y áreas naturales, se cruzan el valor de quienes defendieron la nación, la vocación cultural de quienes apostaron por el arte y el legado que sigue inspirando a nuevas generaciones.

Hoy, al recorrer el bosque puedes reconocer que en cada rincón habita un pedazo de la historia de México. Chapultepec es, y seguirá siendo, un recordatorio de que la naturaleza y la memoria caminan juntas para dar identidad y futuro a nuestra ciudad.

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