Se llama Miyawaki y se está volviendo muy popular: se trata de un método japonés para crecer bosques de manera efectiva y sana para el medio ambiente. Mientras se sabe que normalmente un bosque tardaría unos 100 años en desarrollarse, con este método se logra en 10 a 20 años.
La respuesta es la biodiversidad. Y este método surge cuando en los años 70, el biólogo Akira Miyawaki comenzó a preocuparse por la deforestación en su país y creó su técnica, la cual utiliza especies nativas que se plantan muy cerca unas de otras para incentivar el llamado crecimiento ‘apical’ en búsqueda de la luz del sol.
Con este sistema, la plantación se vuelve 30 veces más densa, crece 10 veces más rápido y no necesita mantenimiento después de un lapso de 3 años. Con esta técnica ha plantado 40 millones por todo el mundo, ganando el premio Planeta Azul en 2006, el cual es considerado como el premio Nobel del medio ambiente.
El principio de este método se llama “vegetación natural potencial” y se trata, en realidad, de un proceso acelerador. Es decir, cualquier terreno que sea fértil y sin intervención humana puede desarrollar un bosque frondoso y sostenible a lo largo de 100 años, la idea es encontrarlo y acelerar su desarrollo.
Resulta que, gracias a la cercanía con la que se plantan los árboles nativos seleccionados, se genera con rapidez una densidad suficiente pues estas especies compiten por la luz los primeros meses generando una sombra que hace que el sol no llegue al suelo, manteniéndose por más tiempo la humedad y el humus agregado y producido por las propias hojas que caen.
Asimismo, la competencia por la luz hace que el crecimiento de los árboles sea más rápido.
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