La naturaleza está en todos lados, desenvolviéndose con su inteligencia tan compleja que jamás deja de asombrarnos. Manifestándose desde la intrincada cadena de fenómenos que apenas vamos descubriendo. En su perfección, y en algún punto su crudeza, al menos para nuestros ojos, esta se nos muestra magnánima, impredecible, mucho más compleja de lo que intuíamos como especie, quizá.
Y hoy vamos a hablar de un caracol muy especial, el cual tiene unos ojos que son una especie de sensor. Pero hay un parásito que se ha apoderado de sus tentáculos y de su cerebro, y en realidad lo ha hecho con el fin de prolongar su vida y su descendencia.
Y este parásito va moviéndose de criatura en criatura, y por ello, como ahora quiere vivir en un pájaro, conduce al caracol hacia uno, y como un zombie, el caracol sube hacia las hojas más altas de un árbol. Ahora, hay otro fenómeno un tanto fuerte, y es que el parásito hace que al caracol le crezcan los ojos, y ello hace que se asemejen a unos gusanos, y si ya lo pensaste, te darás cuenta que esos gusanos serán el alimento de los pájaros.
El ciclo se completa cuando el pájaro hace popó, y entonces un nuevo caracol come de esos residuos. Y como dice, este trabajo de National Geographic, así, su existencia es preservada.
Ve este video de National Geographic, aquí.