¿Te mandaron a tu casa para evitar el contagio de COVID-19? Bienvenido al club. Si no eres free lance y estás acostumbrado a ir todos los días a tu oficina, te puede estar costando un trabajo titánico lograr tus objetivos. No te desesperes, todos tenemos que adaptarnos a nuevas formas de trabajar y aquí te dejamos unos consejos para que no te distraigas tanto.
Es tentador quedarse más rato en la cama, tomarse más tiempo en las comidas y atender pendientes que, generalmente, no atiendes en un día laboral. Te tendrás entonces que armar tus propios horarios y respetar lo más posible tu rutina laboral. levántate siempre a la misma hora, arréglate como si fueras a ir a la oficina, bañarse, vestirse, desayunar y prender tu computadora.
Diseña un lugar fijo y arréglalo con todo lo que necesitas para trabajar: una silla cómoda, un escritorio, material de oficina, wifi potente. Trabajar en la cama o en espacios destinados para otras cosas, baja la productividad.
Para quien o quienes viven contigo puede ser difícil entender que no son vacaciones. Habla con ellos y explícales que aún en casa tienes un horario de trabajo y tareas que concluir antes de tomarte una cerveza a media tarde.
Hay veces que la distancia nos acerca. No te desconectes de las personas con las que trabajas, apóyalos como siempre o más, comparte consejos útiles para no perder la productividad y no le hagas al fantasma.
Al estar en casa, puedes terminar extendiendo tus horas de trabajo. No lo hagas, esto no te hace más productivo. Separa lo que es urgente de lo que no es y desconéctate una vez que hayas terminado tus tareas. Tan necesario como la disciplina para empezar el día de trabajo es tener la disciplina para terminarlo.